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Fracasa, Pero No Te Rindas

Todo mundo quiere tener éxito, pero nadie quiere hacer el esfuerzo.
Nadie quiere pasar sufrimientos.
Nadie quiere exponerse al fracaso.
Entonces, ¿Cómo?

¿Quién puede ser capaz de tolerar los niveles de frustración y rechazo, necesarios para avanzar, crecer y triunfar?
¿Qué persona en su sano juicio puede soportar los sarcasmos y las burlas, de gente racional y realista?
¿Quién quiere seguir creyendo en sueños imposibles?

Tú.

Tú eres capaz de tolerar frustraciones y rechazos.
Tú puedes soportar todos los sarcasmos.
Tú puedes seguir creyendo en los sueños imposibles.
¿Porqué creo eso?
Porque yo sé lo que se siente. Porque yo también sé lo difícil que es lidiar con quienes te miran de arriba a abajo, quienes te juzgan o quienes te hacen caras de "ya vas a empezar otra vez".

Pero también sé que necesité de una pasión enorme para aguantarlo.
Y también sé que necesité creer que lo que buscaba era posible.
Porque yo sé lo que es querer conseguir algo.
Lo importante no es lo que crean los demás.
Lo importante es lo que creas tú.

Permíteme contarte una anécdota, que me sucedió haya por 1996. Hace casi 20 años Internet era una novedad, un experimento.
¿Computadoras en la casa? No eran muy comunes. Windows 95 tenía apenas un año de haber salido al mercado. Yahoo era el portal de moda. Los buscadores más usados eran Altavista, Excite y Ask. Aun faltaban dos años para el debut de Google. El navegador era Netscape. Internet Explorer, era una porquería.

La historia es larga, pero trataré de contarla lo mas brevemente posible. Me puse la meta de abrir el primer café internet en mi ciudad. Según mis cálculos, necesitaría al menos 10 computadora para empezar. Un número menor no generaría los ingresos necesarios para operar con números negros.

Platiqué con mucha gente. Familiares, amigos, conocidos. Todos me hicieron su cara de "¿estás loco? Quédate en tu trabajo que es mas seguro".
Sólo un muchacho, tan loco como yo, creyó en mí. Debió haber convencido a sus papás de que yo era una persona de confiar. Platiqué con ellos y en diciembre de 1996, estábamos dando los primeros pasos para abrir nuestro café internet.

A fines de diciembre, fui a TELMEX a preguntar el costo de un enlace DS0, que era un enlace de 64k. Esa era la velocidad en 1996, ahora tan acostumbrados a los Megas. El precio que me dieron fue entre 4000 o 5000 al mes, no lo recuerdo exactamente. Así que decidí que
lo último en adquirir sería el enlace.

Regresé a fines de enero y me topé con la sorpresa que ahora el enlace costaba mas de 50,000. Traten de imaginar el problema en el que estaba metido.

¿Cómo abrir un café internet, sin internet?

No solamente había invertido todos mis ahorros en este proyecto, sino también la fuerte cantidad de aquellos que habían confiado en mí. Ya no podía darme el lujo de rendirme. Tenía que encontrar la solución y rápido.

¿Cómo solucioné el problema? Ese será tema de otra publicación. Lo que si te puedo decir es que fue una idea que a nadie se le hubiera ocurrido.

A pesar de todo, el 28 de febrero de 1997, abrimos el primer café internet en mi ciudad. Y no lo hubiera logrado, sin la ayuda de los que creyeron en mí.
Sobra decir que fue un gran éxito. Incluso directivos de una reconocida empresa refresquera a nivel mundial, se acercaron para observar lo que habíamos conseguido. Otros, sin embargo, los que antes habían dudado, también se acercaron para decirme que si les hubiera explicado con más detalle el proyecto, hubieran participado.

El maldito "hubiera".

Esa conjugación del verbo "haber", debería de ser erradicada del diccionario. El "hubiera" es de perdedores.

Cómo puedes darte cuenta, fracasos y contratiempos tendrás en cualquier proyecto o actividad que desees realizar. Mientras mas grande sea el proyecto, mas grandes serán los retos, los fracasos y los contratiempos a los que te vas a enfrentar.

Sin embargo esta experiencia me dejó una valiosa lección:

Los sueños llegan primero, las respuestas llegan después.

No tengas miedo de hacer las cosas, sólo por que no tienes todas las respuestas.

Lo importante es no rendirse.

Recuerda que tienes una misión: Atrévete a ser grande.

 

HASTA LA PRÓXIMA ...

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