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Échale La Culpa a Tus Reglas

Hay días en los que todo te sale bien, y días en los que desearías no haberte levantado de la cama. Días que pareces flotar entre las nubes y días en los que te arrastras por los pantanos mas apestosos.

La vida debe tener un extraño sentido del humor para ser tan caprichosa en la manera que decide como será tu estado de ánimo el día de mañana. Pero, ¿y si no es la vida, encontes quién lo decide?. Si todo fuera sólo una gran coincidencia que se confabula en pro o en contra tuya.

Tal vez no fuera una coincidencia, sino un divino designio predestinado.

¿Y si fuera algo más sencillo que eso?

Quizá tu no habías nacido aun cuando salió la película Robocop. No. No hablo de la porquería ñoña del 2014. Hablo de la original, estrenada en 1987.

En ella, un policía es brutalmente asesinado, posteriormente revivido, colocado dentro de un cuerpo metálico y su memoria sistemáticamente borrada, dejando únicamente 4 directivas que regían su comportamiento:

1.- Servir al interés público
2.- Proteger al inocente
3.- Respetar la ley
4.- Clasificada (O lo que es lo mismo, hágase justicia en los burros de mi compadre)

Pues bien, estas simples directivas o reglas, le permitían actuar sin ningún tipo de conflicto interno para decidir cuál de ellas usar en alguna situación.

Que fácil sería vivir con reglas simples.

Resulta que tú también tienes reglas para todas tus emociones y comportamientos.

Si alguien se te cruza en el periférico, se activa la secuencia Mentada de madre.
Si es Navidad, se activa la secuencia Villancicos y buenos deseos.
Si es fin de semana, se activa la secuencia Manda todo al diablo, que es fin de antro.
Si es quincena, se activa la secuencia Compra impulsiva y estúpida.

También funciona para estados de ánimo, los cuales se activan SOLO cuando se cumpla un requisito.

Seré feliz cuando tenga un millón, o dos, o diez.
Seré feliz cuando tenga novia o novio.
Seré feliz cuando sea independiente.
Seré feliz el día de mi boda.
Estoy triste cuando llueve.
Estoy enojado por que no encontré estacionamiento y el de discapacitados estaba ocupado.

Pero también le podemos colgar varios requisitos.

Seré feliz si tengo un millón, un Ferrari, una mansión, no, mejor dos.
Seré feliz si mi novia se parece a Kate Upton, Scarlett Johansson y Monica Belucci todas juntas.
Seré feliz si mi novio es alto, millonario, atlético, cariñoso, responsable, excelente amante, caballeroso, detallista.

Por cierto, las reglas de los hombres son mucho más simples que las de las mujeres, quienes merecen un capítulo aparte y a quienes les pido su tolerancia y paciencia.

Todos y cada uno de tus comportamientos, actitudes, sentimientos y creencias están regidas por una serie de reglas, que te han inculcado tu familia, tus amigos, Televisa para algunos, y con el paso del tiempo has modificado, agregándoles o quitándoles las que para ti tengan algún sentido.

La felicidad tiene tus reglas.
El éxito tiene tus reglas.
La traición tiene tus reglas.
La lealtad tiene tus reglas.
La tristeza tiene tus reglas.

Conoce tus reglas y te conocerás a ti mismo.

 

Recuerda que tienes una misión: Atrévete a ser grande.

 

HASTA LA PRÓXIMA ...

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